El estudio muestra que las dañinas y ubicuas algas Karenia brevis, que causa la marea roja en el Golfo de México, se volvió al menos dos veces más tóxica cuando los niveles de fósforo, un nutriente principal que se encuentra en fertilizantes y residuos humanos, son bajos. Como si llevara una armadura, producir células altamente tóxicas permite a las algas defenderse contra oportunistas herbívoros acuáticos como el zooplancton.
Las mareas rojas en el Golfo están ligadas a muertes de peces y otros daños económicos y ecológicos en la región, y también están vinculados a enfermedades respiratorias en los seres humanos. Estas mareas tienen lugar anualmente en el Golfo, pero es dificil predecir dónde o cuándo tendrán lugar y cuanto tiempo permanecerán.Los investigadores probaron cinco diferentes especies de K. brevis de varias localizaciones geográficas y limitando el crecimiento de algunas muestras mediante la retención de fósforo al mismo tiempo que los demás disfrutaron de una dieta rica en fósforo. Dependiendo de la especie, las células de algas con acceso limitado al fósforo tenían entre 2,3 y 7,3 veces más toxina que las células de alga que se llenaron con fósforo.
La ironia de esta relación inversa entre fósforo y toxicidad de las algas no pasa desapercibida para los investigadores. En la versión moderna de captura-22, el exceso de nutrientes como fósforo y nitrógeno juegan papeles importantes en el crecimiento de las algas y el desarrollo de las dañinas mareas rojas. A medida que se incrementa su densidad, las células utilizan los nutrientes disponibles como el fósforo. Esto ralentiza el crecimiento de las células de K.brevis, causándo que se vuelvan más tóxicas. Investigaciones previas mostraron efectos similares cuando el nutriente limitante era el nitrógeno.
Via sciencenewsline
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